A menudo se comenta sobre las funciones de las golillas. En muchos casos se dan por buenos los atributos y beneficios de las golillas, sin tener en cuenta las características concretas de su aplicación, el ambiente en el que permanecerá, la temperatura, etc.
Algunos técnicos con amplia experiencia en el sector de las fijaciones consideran, y no sin fundamento, que muchas de las golillas que se utilizan no cumplen con la funcionalidad por la que se les elige.
En este sentido es recomendable hacer una buena elección de golillas, y para ello, a continuación citamos las aplicaciones principales de las golillas, para evitar que éstas sean perjudiciales para la unión atornillada. Primero debes saber que existen diferentes tipos: golillas corrientes, golillas calibradas y golillas inoxidables.
FUNCIONES PRINCIPALES DE LAS GOLILLAS:
- Repartir de forma homogénea la fuerza de apriete en la superficie.
- Proteger las superficies de contacto contra ralladuras o daños producidos por el tornillo o la tuerca en el montaje.
- Distribuir la fuerza de apriete a zonas diferentes de las zonas de la cabeza del tornillo o tuercas (agujeros sobredimensionados).
- Evitar el recalcado de la cabeza del tornillo o la tuerca.
- Reducir el riesgo de que la unión atornillada se afloje, aumentando el coeficiente de fricción sobre el tornillo o tuerca con elementos estriados o dentados.
- Asegurar mediante arandelas elásticas, una posible pérdida de tensión del apriete por deformaciones.
- Compensar la falta de paralelismo.
- Hacer estanqueidad (arandelas de cobre, aluminio u otros materiales).
- Sujeción de cables en conexiones eléctricas, tomas de tierra, etc.
- Bloqueo físico de la tuerca o el tornillo (arandelas con lengüeta o solapa).